martes, 14 de diciembre de 2010

Relaciones interpersonales y Estilos

Una relación interpersonal es una interacción recíproca entre dos o más personas. Se trata de relaciones sociales que, como tales, se encuentran reguladas por las leyes e instituciones de la interacción social. En toda relación interpersonal interviene la comunicación, que es la capacidad de las personas para obtener información respecto a su entorno y compartirla con el resto de la gente. El proceso comunicativo  está formado por la emisión de señales (sonidos, gestos, señas) con el objetivo de dar a conocer un mensaje. La comunicación exitosa requiere de un receptor con las habilidades que le permitan decodificar el mensaje e interpretarlo. Si falla la comunicación, la relación interpersonal será complicada.
Hay que tener en cuenta que las relaciones interpersonales funcionan tanto como un medio para alcanzar ciertos objetivos como un fin en sí mismo. El ser humano es un ser social y necesita estar en contacto con otros de su misma especie.

Por eso, los psicólogos insisten con la educación emocional para facilitar actitudes positivas ante la vida, que permiten el desarrollo de habilidades sociales, estimulan la empatía y favorecen actitudes para afrontar conflictos, fracasos y frustraciones. La intención es promover el bienestar social.
En la actualidad, con el desarrollo de la tecnología, la sociedad tiende a la despersonalización, con relaciones virtuales. En este sentido, las relaciones interpersonales han perdido buena parte del contacto personal y han pasado a estar mediatizadas. Las computadoras conectadas a Internet y los teléfonos móviles, por ejemplo, han reemplazado a la comunicación interpersonal presencial o cara a cara.
¿Cómo nos comportamos en las relaciones interpersonales? ¿Solemos confiar en los demás o no?

Estilo de apego

El estilo de apego es el grado de seguridad que experimentamos en las relaciones interpersonales. Se llama estilo porque cada persona tiende a comportarse de forma similar en distintas situaciones.

Ese estilo se forma en cada persona por la combinación de dos elementos básicos, que son la actitud (positiva o negativa) hacia uno mismo, es decir, una autoestima alta o baja, y hace referencia al grado en que cada persona se valora a sí misma, y a la actitud (positiva o negativa) hacia los demás, es decir, una confianza interpersonal mayor o menor y hace referencia al grado en que cada persona cree que puede confiar en los demás.

Es cierto que nuestra autoestima puede variar de un momento a otro, y también que confiamos más en unas personas que en otras, o que podemos perder la confianza en alguien en particular o encontrarnos con una persona que nos inspire mucha confianza aunque la conozcamos poco.

En cualquier caso, nos referimos a esas características que son bastante estables en nuestro comportamiento y que tendemos a manifestar en distintas situaciones y con distintas personas.

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